COMEDIAS NO TAN CÓMICAS

Uno lee los nombres Ricky Gervais y Stephen Merchant y supongo que al que no esté curtido en la televisión le digan absolutamente nada. No os preocupéis, a mi me pasó igual. Luego descubrí que estos dos tipos son los que están detrás y delante de la serie The office. Vale, no es mi serie preferida pero he de reconocer que tiene su cosa y de una forma extraña saben exprimir y sacarle todo el jugo a aumentos de sueldo, despidos o reducciones de salario.

¿Se pueden hacer series que no vayan exactamente de nada? Pues sí, si que se puede. Aquí podríamos entrar en discusiones sobre si van de algo o no realmente, pero este es otro tema. El caso es que luego descubrí que los creadores de The office son también los creadores y protagonistas de Extras. Serie en la que casi todos los episodios los protagonistas se exponen a situaciones vergonzosas y consiguen que a ti también te entren ganas de ser invisible por unos segundos.

Básicamente, la serie siempre comienza con la escena de una película, y cuando Ricky Gervais, que es el extra, va a aparecer en plano alguien grita: “¡corten!”. En esa escena o durante el capítulo aparece algún actor famoso parodiándose a sí mismo. Ayer, en el capítulo que vi, aparecía Orlando Bloom empecinado en que una extra pensase que es guapo, mostrando una absurda rivalidad con Johnny Deep mientras rodaban Piratas del Caribe y … el resto será mejor que lo veaís, no voy a destripar todo el capítulo. Es todo un lujo ver a actores famosos hacer de ellos y quedando en ridículo. Otros actores que participan son Kate Winslet, Ian Mckellen, Ben Stiller y otros muchos más.

Y todo este circunloquio no es para recomendar la serie, es para hablar de este capítulo, el primero de la segunda temporada. Y es que tuvo tintes muy dramáticos para ser una comedia. Por un lado estaban las hilarantes escenas con Orlando y por otro, los momentos del extra, que en este capítulo es protagonista y guionista de una serie. Sí, el hombre evoluciona. Sí que van de algo las series de estos dos, ja. Y daba la sensación de que el capítulo reflejaba las vicisitudes de este actor/guionista en la vida real para llegar a dónde ha llegado. Los productores le chantajeaban sutil y no tan sutilmente. Le hacían cambiar cosas que no estaban en el guión que él había escrito con mil y una fatigas. Al final, te deja un sabor amargo, y no enseñando los dientes con la boca en forma de U como lo hace normalmente.

¿Y por qué hablo de esto? Porque es inspirador. Porque me sentí reflejado, porque también quiero escribir, dirigir y quizá actuar ocasionalmente y me fastidia que se limite la creatividad. Aunque las limitaciones son creativas hay un punto absurdo de limitación al creador, de no confiar en él por no confiar. He tenido oportunidad de hablar con algún productor, y la mayoría aseguran que antes de rodar ponen limitaciones, pero a la hora de rodar suelen apoyar en todo al director. Y si esto es así ¿Por qué siempre aparece la figura del productor como una mosca cojonera?