viernes, 8 de agosto de 2008

LA TELENOVELA QUE VE MI ABUELA


8.675 INT. DESPACHO – DÍA

Un TIPO agachado está haciendo algo parecido a atarse los cordones. De pronto, una CHICARUBIABUENORRAYMALA coge un candelabro, se acerca al Tipo con actitud de golpearle. El Tipo, sin tiempo de defenderse, cae al suelo sangrando por una oreja. El golpe es mortal. Deja el candelabro en el suelo y se marcha.

La ChicaRubiaBuenorrayMala se marcha.

Llega la CHICARUBIANOTANBUENORRAYMÁSBUENAQUEELPANQUEDEBUENAESTONTA. Ve al Tipo en el suelo. Se acerca, coge el candelabro. Le toca la oreja y se mancha con sangre del Tipo muerto. El color de la sangre pasa de roja a rosa.
Un CHICOTAMBIÉNRUBIOCONMECHASQUEPARECEBUENOYMALOALAVEZ la ve con el candelabro en la mano. Sabemos que piensa que ella ha sido la asesina.

CHICARUBIANOTANBUENORRAYMÁSBUENAQUEELPANQUEDEBUENAESTONTA
(con acento puerto riqueño)
Yo no he sido.

El Chicotambiénrubioconmechasqueparecebuenoymaloalavez se queda con la mirada perdida unos 30 segundos o una hora, da igual. Sabemos que piensa que ella es culpable.


Ayer estuve comiendo en casa de mi abuela. Ella es fánatica de las novelas. Cuando termina una dice que jamás se va a enganchar a otra. Pero ella y yo sabemos que eso no es verdad. La escena que he descrito es de la Telenovela “Ángel Rebelde” (de lunes a viernes a eso de las 15:30 en Canal Sur.) Y parece que está escrita así. Típico y tópico. Pero funciona. Durante el intermedio mi abuela me puso al día de todos los conflictos y todos los tejemanes de los personajes. Y pude comprobar que los malos son muy malos y los buenos son muy buenos. Igualito, igualito que en la vida real…

Vi otra escena de forcejeo. Totalmente falsa. Una niña (que por cierto era la mejor actriz) no paraba de llorar. Se levantaba de la cama con las lágrimas (ya incorporadas, al igual que todos los actores, que el que más y el que menos soltó alguna) haciendo su recorrido vertical por las mejillas. Si estaba tumbada, ¿no deberían seguir otro recorrido? El caso es que se levantó con tanta fuerza que hasta creo que salpicó a la que supuse que era su madre en la ficción.

Un interrogatorio totalmente inverosímil, con interpretaciones, insisto, de los más peculiares. Daba la sensación de que habían dado todas las primeras tomas por buenas. Y luego más lagrimones. La serie era una tensión constante para los personajes. No pido realidad, al menos verosimilitud. Todo esto me recuerda algo…Sí, algunas comedias. ¿Se está volviendo todo muy gracioso o es que yo lo veo con otros ojos?

Años y años de estudio sobre lenguaje audiovisual, interpretación, montaje, realización para hacer las cosas bien. Que al final, lo que cuenta, es una buena historia. O eso me han dicho siempre los profesores. Pero qué va. Luego una telenovela de tres al cuarto se lleva toda la audiencia de personas como mi abuela, que se reía de las maldades que ocurrían en la trama. Al menos siempre se puede aprender lo que no hay que hacer. O sí...

FRAGMENTO DE UN CAPÍTULO: PARA QUE OS HAGÁIS UNA IDEA

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